Javier Caro eleva Bandera y aviación dominicana, en un Boeing 737 de Copa Airlines

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Javier y Raul

Javier Caro y Raúl Piña, pilotos aviadores dominicanos  en Copa Airliner.


EL AVIADOR, SANTIAGO, RD.-Iniciativa, profesionalismo, ganas de progresar y muchos años de estudios han sido la clave para el joven dominicano, Javier Caro, quien ha logrado convertirse en Capitán piloto de uno de los aviones más vendidos de los últimos años, se trata del Boeing 737, con capacidad para 160 pasajeros; además del prestigio que significa para un criollo volar un aparato de tal magnitud, en una aerolínea de renombre como lo es Copa Airline.


Javier, hijo de madre dominicana y padre español, nació en la ciudad de Santo Domingo. Por varios años vivió en España. Llegado el momento de decidir su profesión, el joven entusiasta opta por la aviación. La familia regresa a su pueblo natal, en el año 2003, época en que Europa era afectada por una crisis económica. En ese mismo año inicia sus estudios en Entrenamientos Aeronáuticos Las Américas (ENALAS) y concluye en noviembre del 2007. Con acento indefinido entre Gallego y dominicano de "pura cepa" Caro afirma con tono de satisfacción: "Mi primera hora de vuelo la hice en Herrera", refiriéndose al hoy clausurado Aeropuerto Internacional Herrera.


En enero del 2008, es decir recién graduado, inicia sus labores en Caribbean Air Sing, en Punta Cana, con la responsabilidad de volar un avión monomotor Cessna 172, con capacidad de 3 pasajeros más el piloto aviador. Su función básica se limitaba a sobre volar playas y hoteles con los turistas, así como las típicas excursiones aéreas a el aeropuerto de Arroyo Barril. Entre ascensos y aterrizajes Caro planeaba conocer nuevos horizontes.

Javier Caro

En junio de ese mismo año comienza a volar un avión privado; pero sus ansias por volar equipos mayores para acumular cada vez más horas, aumentaban de vuelo en vuelo. Rápidamente se abren nuevas oportunidades, y en noviembre entra como primer oficial (copiloto) a Servicios Aéreos Profesionales (SAP). Para mayo del 2009 ocupa el asiento derecho y comienza a volar el avión turboprop Jet Stream 31 y 32 de 19 pasajeros. Durante los 6 meses que laboró en dicha compañía sus viajes eran más largos e interesantes, abarcando todo el Caribe.


Sus horas de vuelo iban en aumento, y su pasión por volar aviones cada vez más grandes, también. Javier, el más pequeño de dos hermanos, decide usar la tecnología, y su extenso currículo traspasa los océanos a través de los e-mails, con la esperanza de que aterrizaría en el portal de una línea aérea capaz de valorar el esfuerzo de un joven cuyos sueños tenían alas tan grandes como las de un Boeing 737. Mientras sus esfuerzos surtían efecto para lograr la meta de un joven inquieto, éste continuaba volando como copiloto, lo que por el momento estaba a su alcance: un Jet Stream.

Javier Caro y su niu00f1o

En enero del 2014 es promovido a capitán piloto de esa misma nave. Entre vuelos, aterrizajes, días y noches, pasan los meses. En julio, al fin llega un mensaje que responde uno de los tantos correos enviados. Los sueños se acercan a la realidad: la línea aérea Copa Airliner le informa que necesita la certificación que avale lo expuesto en su hoja de vida, y así colocar en agenda una entrevista.


Bitácora de vuelos, certificación de horas de vuelos del Instituto Dominicano de Aviación Civil (IDAC), cartas de recomendación, en fin muchos papeles, fue parte de lo que especificaba el anhelado correo.

 

Cumplidos los requisitos en cuanto a documentos, Caro viaja a Panamá, esta vez con sus equipajes abultados de optimismo, para someterse a las diferentes entrevistas, las cuales incluían pruebas psicológicas, de matemática, de coordinación, de simulador, así como la entrevista para comprobar su nivel de inglés. 3 días después regresa a su patria revestido de esperanza, pues los conocimientos adquiridos en territorio dominicano habían sido tan sólidos como para esperar respuesta favorable. 15 días más tarde recibe una correspondencia electrónica, esta vez le informa que debe presentarse ante las autoridades de la acción civil de Panamá para otras pruebas, es decir, que el dominicano había aprobado por parte de la aerolínea.


Al día siguiente de ser evaluado por dichas autoridades, Javier recibe un correo que decía: !Bienvenido a Copa Airline!.


Experiencia en Copa Airlines


Desde entonces la historia de este joven luchador es otra, Javier cuenta que recibió su primer salario desde el día cero. Por ser piloto extranjero la compañía otorga múltiples beneficios, los cuales de inmediato dieron un giro a su vida. Cuenta que la felicidad fue obvia. Su compromiso de aportar lo mejor de sí le permitió aceptar el reto de ser copiloto de un gran avión, el más vendido de la historia de Boeing; se trata del 737.

Javier Caro junto al piloto Pascual Reynoso

Javier Caro y Pascual Reynoso, junto al avion Boeing 737 de Copa Airlines


En el 2017, luego de 3 años como copiloto en la reconocida línea aérea, comienza a ver la posibilidad de que en un tiempo relativamente corto podría ser capitán. Con un tono que denota satisfacción, cuenta: "Esto se logra por antigüedad y por horas de vuelo, aparte de los requisitos internos de la empresa".


El momento para demostrar su sobrada capacidad para asumir nuevos retos ha llegado!. En junio, de nuevo el visionario dominicano inicia una etapa de pruebas que terminarían en octubre. Concluidas éstas, al fin Javier Caro es promovido a la posición de capitán del Boeing 737, convirtiéndose así en el responsable último de la operación del avión. “Ahora debo cuidar todos los detalles, como capitán me esfuerzo que cada vuelo sea confortable para los pasajeros y eficaz para la compañía”, dice el joven de tez clara, mientras porta 4 rayas encima de sus hombros con su blanco e imponente uniforme.


Javier ha marcado la historia de la aviación dominicana. Su primer vuelo como capitán también fue el primero de Copa en donde tanto el capitán de la aeronave como su primer oficial (copiloto) son dominicanos, se trata de Raúl Piña, oriundo de Jarabacoa, quien tiene un año y 5 meses en la compañía; por lo que no hay dudas que la Bandera de República Dominicana está volando alto.


Un Capitán Piloto con sus raíces enclavadas en suelo dominicano


Su pasión y dedicación por la aviación le permite andar “de nube en nube”, por lo que, el día menos esperado, terminada su jornada, cambia de rol, se convierte en pasajero y sale rumbo a su madre patria, donde después de 2 horas de vuelo desde Panamá, aborda un taxi y corre con ansias a saludar su madre, abuelo y todos sus familiares que le esperan con los brazos tan abiertos como las anchas alas del Boeing 737.


Javier Caro, afirma que los sueños se pueden lograr con estudios, disciplina y ganas de superación, mientras muestra su agradecimiento a su familia, su esposa y por supuesto, a la empresa que le ha permitido su mayor logro, cuando dice:


“Estoy orgulloso de mi familia por su apoyo incondicional, y muy orgulloso de pertenecer a Copa Airlines, de volar un avión Boeing 737, y sobre todo de haberme formado en suelo dominicano. Se trata de la compañía más puntual de Latinoamérica. Desde dentro puedo ver que trabaja para la seguridad y el confort de los pasajeros".

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