​¿Dónde está la Junta?

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Jesus Diaz 2


La gran cantidad de actos políticos realizados en distintas partes del país, muchos de ellos multitudinarios en apoyo a la repostulación del presidente Danilo Medina y en apoyo al presidente del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) Leonel Fernández, para correr por la nominación presidencial de esa organización hacia los comicios del 2020, deben generar algún tipo de inquietud del órgano electoral.


El comportamiento no debe ser la indiferencia dada las evidencias del gasto económico que se realizan en dichos eventos, esto sobre todo cuando la nueva ley No.33-18 en su artículo 40 prevé el tiempo de la precampaña y en el artículo 42 las regularizaciones sobre el gasto de la misma.


Los pre candidatos presidenciales, congresuales, municipales y de distritos abundan por doquier colocando costosas vallas publicitarias de sus pre candidaturas sin que se cumpla la ley ni la disposición del pleno de la Junta Central Electoral, en una franca violación y falta de autoridad del organismo llamado a regularizar.


En nombre del pueblo y para el pueblo la JCE no puede permitir que ministros y funcionarios promuevan por Aire, Mar y Tierra sus candidatos cuando los artículos 43 y 44 de la nueva ley indican que durante la contienda interna los aspirantes a candidatos deben limitar sus contenidos a los espacios cerrados y locales de sus respectivos partidos.


El juego de la democracia requiere que el árbitro tome acciones contundentes ante la violación de las leyes, más aún cuando muchos de esos pre candidatos han sido señalados que sus recursos tienen un origen dudoso, la trasparencia es la única acción que debe fomentar la institución, su imagen sigue siendo vista con genuflexión, ante el mandato de la ley, los tiempos de la pre campaña y la publicidad colocada en medios de comunicación y espacios públicos.


La Junta Central Electoral debe jugar su rol, aparecer y regular tanto al partido gobernante como a la aposición. La política no solo puede ser ejercida por los que tienen el dinero para colocar vallas y realizar eventos dando cabida a una democracia simulada y no un ejercicio ciudadano.


En los juegos de beisbol  el árbitro central que funje como el principal. Las decisiones de los umpires son inapelables. En materia política Julio César Castaños y el pleno de la Junta tienen la ley, aplíquenla   

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