Por Ramón Colombo
Vivo en medio de este pueblo, al que me debo. Conozco a su gente (desde el intelectual más encumbrado, hasta el ventorrillero de la esquina). Y estoy seguro de que, al ver en la reunión del Comité Político del PLD a Margarita Cedeño (digamos que “de Fernández”), fragante, sonriente, feliz junto a Danilo, concurriendo como si nada a la recomposición de su partido para enfrentar a la Fuerza del Pueblo, lo primero que piensa este pueblo atávico y burlón, agudo y socarrón, perspicaz y cuerdero, es: “Esa mujer (a pesar del besito de los otros días) no quiere saber de Leonel”. (Aclaro que hablo de política).
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