​La otra felicidad

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Luis Manuel Flores

De asombrarnos con las capturas de su lente el amigo y reconocido fotorreportero Ricardo Flete ha hecho una norma. Su pasión trasciende más allá de las horas laborales que dedica al periódico El Caribe y por eso ve una buena imagen en donde nadie siquiera sospecha. Su Nikon D600 con un lente 17-55 mm le acompaña como le acompaña su carisma o como si se tratase de un séptimo sentido, por eso ante los detalles toma una buena instantánea de regreso a casa, mientras juega con su hijo o incluso mientras comparte una buena fría en Los Chivos.


Este preámbulo era necesario. Pese a las teorías, a veces es difícil separar el mensaje de una imagen, del autor.


El loco


Mientras veíamos en su ordenador unas fotografías para un trabajo, accidentalmente llegamos a la imagen que aún no bautizo oficialmente pero que bien se amolda al título “la otra felicidad”. Cruda, severa y tenaz en respuesta a la miseria humana y el desdén para con tantos enajenados en nuestras calles, con nuestros “locos”. Pero también reflectora de otro modo de "ser feliz", de un limbo ostensible, donde el protagonista principal no deja rastros de angustias ni preocupaciones. Un ser humano inconciente, y ajeno a temporadas ciclónicas, curvas de pandemias o precio del GLP. A su lado el mejor amigo del hombre siendo eso: el mejor amigo del hombre. Incondicional a su amo por iguala.


Ricardito no tenía la intención de divulgarla, pero casi lo obligué a que me la enviara porque sentí el compromiso de poner letras a este retrato que rompe de una forma asquerosa con el pensamiento de Nicholas Kristof: “Lo rutinario o lo que sucede cada día no es noticia”.


¡Flete lo volvió hacer!

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