​DESDE MI CABINA DE MANDO

La aviación nacional y las dos crisis que les afectan

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Pedro Dominguez

Para nadie es un secreto, la crisis que ha provocado la pandemia del COVID-19 a la aviación en el mundo con la particularidad que en la República Dominicana es doble, una provocada por la pandemia y la otra por las nuevas autoridades del Instituto Dominicano de Aviación Civil (IDAC), que preside el abogado Román Caamaño y su amigo el empresario que funge de subdirector Héctor Porcella, quienes no cumplen con los requisitos que establece la ley 491-06, sobre aviación en su artículo 32 para ocupar dichas funciones.


Ni Román Caamaño y mucho menos Héctor Porcella tienen la experiencia técnica para enfrentar la crisis que vive la industria aérea dominicana, no sólo por la pandemia sino por la crisis que se vive ante el informe realizado por la Unión Europea sobre la seguridad operacional de la aviación en la República Dominicana y el cual las autoridades actuales del IDAC están prestando atención.


De las cosas que señala el informe es la instalación de motores no certificados para el tipo de aeronave que realizó una empresa aérea dominicana y que dicha instalación estuvo con el acompañamiento de las autoridades del Instituto Dominicano de Aviación Civil (IDAC), a todo esto se agrega la recomendación de un supuesto asesor con el que cuentan las nuevas autoridades del IDAC, donde le sugiere no prestar atención a dicho informe.


La aviación dominicana con las presentes autoridades y la falta de conocimientos técnicos, se encuentra en una fuerte turbulencia próxima a entrar en una barrena plana que no hay forma de sacarla.

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