Leonel Cantizano In memoriam

Por Lincoln López

Un gran artista del violín, doctor en farmacia, mejor amigo y un ser humano excepcional, murió la noche del martes 9 de febrero, en esta, su querida ciudad, donde nació: Leonel Cantizano.

Primero lo identifiqué asistiendo a distintos eventos donde actuaba como violinista de la famosa y desaparecida orquesta santiaguera: “Los Caballeros Montecarlo”; pero, varios años después, gracias a un amigo común, Tony Cruz, director musical y arquitecto, es a quien debo el honor de conocer, admirar y a querer, Leonel Cantizano.

Tratarlo de cerca me permitió valorarlo en sus diferentes dimensiones: la de artista y amigo, la de farmacéutico y empresario, el hombre individual y familiar, y destacarse en cada una de ellas, porque recibió una sólida formación familiar forjada en valores como la sencillez, la honestidad, la dignidad, el trabajo…

Entonces, se cumplió la reflexión de Shakespeare en un parlamento de La Tempestad: estabas hecho del mismo material que tus sueños…buenos y consumados. No bastaron tanto tiempo junto a ti en las tertulias dominicales de la marquesina o ¨haciendo caminos¨ por doquier, con Pitín, Piero, Tony… para que agotaras el inmenso caudal de tus conocimientos y experiencias.

Cómo olvidar aquellas historias en tu Santiago primero, y en la capital después, en los tiempos de la “Era” con tus primos los Cantizano, Leo Madera, Apeco…O los tiempos como violinista de la Sinfónica Nacional y de La Voz Dominicana cuando Petán, la Semana Aniversaria, Papa Molina, Solano, José Lora, el poeta Héctor J, Díaz, Bustamante…

O aquellos años fundamentales en Estados Unidos con la Filarmónica de Nueva York y de La Florida, Johnny Pacheco y su Charanga, Los Violines de Pego, Carlos Piantini… Más cerca en el tiempo a Jorge Taveras, Guaroa Madera, Papi Curiel, Héctor Jiménez…y hasta germinó tu deseo más reciente, una Sinfónica para Santiago.

Sencillamente Infinito. Sencillamente inolvidable.

Hasta luego, querido amigo. Aplausos. Abrazos.

Que caiga el telón!