​Un llamado a la prudencia

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Amarilys Estevez

Con el Domingo de Ramos inicia la Semana Santa. Para algunos, tiempo de oración y reflexión; para muchos tiempo de descanso, mientras que para otros es el tiempo anhelado para el desenfreno y la “gozadera”.


Al igual que el pasado año, este tiempo se desarrolla en medio de la pandemia y sus restricciones, aunque en menor proporción por los avances que han habido en su manejo, y el proceso de vacunación que se desarrolla. Sin embargo el llamado a la prudencia debe continuar.


El tiempo para disfrutar en multitudes, sin limitaciones como las actuales volverá, mucho más rápido si el comportamiento de los humanos se hace en base a la prudencia, tolerancia, respeto y sapiencia.


Por el contrario, si ese comportamiento no se ajusta a las circunstancias actuales, el país podría dar marcha atrás y esto podría ser catastrófico para todos los sectores, aunque de manera contundente en salud, turismo y educación.


La esperanza está puesta en que al igual que las actividades religiosas se llevan a cabo bajo estricto protocolo, incluso dejando de lado las procesiones propias del tiempo litúrgico, así mismo se desarrollen las del mundo secular, para evitar que después de las últimas medidas (mucho más flexibles) no sea necesario endurecer las actuales y que haya pérdidas humanas que lamentar.

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