​Necesitamos ayuda para todos los ríos

Por Andres Beato Betances

Observando la disputa entre Haití y República Dominicana acerca de un canal que quiere construir el vecino país en el río Masacre me dispuse a escribir este masculio.

Tales de Mileto creía que el agua era la base de todo lo existente, cuando nos engendran somos náufragos salvados en el océano Omniótico, nuestro equipaje corporal contiene una tres cuarta partes de ese líquido vital y son precisamente fronteras líquidas las que les argumentan.

En ese contexto, debemos ser más reflexivos y entender que si no les damos vida a los ríos y riachuelos los mismos podrían extinguirse y con ellos todos los seres vivos del planeta.

Siglo atrás, filósofos griegos sostenían que el agua de los ríos no procede directamente de la lluvia como se profesa actualmente, sino que parte de este preciado abono llega a través de los mares.

Vista del río Masacre que divide a República Dominicana de Haití.

Según sus tesis, el agua salada brota de algún modo por debajo del suelo hasta alcanzar las cumbres de las montañas donde se convierte en agua dulce para el consumo humano.

Por lo restante, a fin de remediar la situación del agua tenemos que tratar de conservar el medio ambiente y con ellos los árboles, cosa que no hacen nuestros vecinos ni muchos dominicanos.

Conservar estos recursos naturales que son renovables si es que quien corte uno siembre dos debe ser nuestra meta con responsabilidad, para lo que hoy llamamos tierra siga respirando y por si todo fuera risible los ríos y riachuelos.

Se ha dicho que en tiempos no muy lejanos las guerras o enfrentamientos entre países podrían ser por la falta de agua y no por el petróleo.

Concluyo sosteniendo que para muchos hombres y mujeres, la tierra, los árboles y los ríos son las cátedras de la naturaleza, una fuente de belleza y vida, para otros, la naturaleza sirve para su explotación. Agua mama, agua papa, me muero de sed mientras los ríos agonizan.