​Destacan la pureza del pensamiento duartiano y la dureza del exilio

Frases duartianas describen la tristeza y el dolor del exilio
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Juan Pablo Duarte

Juan Pablo Duarte.


SANTIAGO, RD.- Si contundente fue el pensamiento y el esfuerzo del patriota Juan Pablo Duarte por emancipar la nación dominicana, igual fue la crudeza del exilio al que fue sometido junto a su familia, apuntó el catedrático y periodista Tony Rodríguez.


La noticia de la muerte de Juan José Duarte, ocurrida en 1843, padre de doce hijos que procreó junto a Manuela Díez, precedió el martirio del destierro.


El gobernante de la recién surgida República Dominicana, Pedro Santana, no vaciló al expulsar del país a los Duarte rumbo a Venezuela.


De vivir acomodados en Santo Domingo, los Duarte debieron someterse a un estado de pobreza en la tierra de Simón Bolívar.


Juan Pablo Duarte era el cuarto de los hermanos Duarte-Díez, un libre pensador que encaminó a las luchas patrióticas a decenas de jóvenes de su época.


El comerciante español Juan José Duarte radicó en Santo Domingo desde finales del Siglo XVIII. Su primer hijo fue Vicente Celestino, nacido en Puerto Rico (1802), en la época de inestabilidad política y social debido a las luchas revolucionarias en Haití.


La esposa Manuela Díez, era nativa de El Seibo, hija del comerciante español Antonio Díez. Doña Manuela se unió en matrimonio con Don Juan José Duarte en el año 1800, a los 14 años de edad, y murió en Venezuela en 1858.


Los otros hermanos Duarte-Díez, María Josefa, Ana María, Rosa, Filomena, Juan Bautista, María Francisca, Amara y tres de nombre Manuel, vivieron exiliados en Venezuela por décadas.


Muy poco se conoce del destino de los Duarte en Venezuela, lo que si se evidencia es que la decisión del destierro por parte de Santana fue avasallante contra esta familia.


El Profesor Tony Rodríguez observa que el caudillo Pedro Santana conocía de la pureza del pensamiento y de las fortalezas de Juan Pablo Duarte en el territorio dominicano, por eso se propuso desterrar a la familia y asegurarse mediante amenazas y atropellos de que no volverían a pisar suelo dominicano.


Fue la hermana Rosa Duarte, octava en el orden familiar, la que guardó los apuntes que resumen el pensamiento duartiano.


Lo duro del exilio se evidencia en esta frase: "Cuan triste, largo y cansado, cuán angustioso el ente divino, al infeliz desterrado".


Otra frase de Duarte refleja su dolor y tristeza: "El esclavo soporta su suerte aunque oprobia su triste vivir; pero el libre prefiere la muerte al oprobio de tal existir.


De Vicente Celestino, hermano de los Duarte, se conoce que retornó del exilio venezolano a República Dominicana en 1854, dedicándose a la venta de madera y reses, fue participante en las luchas de los trinitarios y un decidido patriota hasta su muerte en 1865.


Otra ferviente patriota de la familia fue Rosa Duarte Díez, quien fue partícipe de los actos conspirativas de la Sociedad Secreta La Tributaria y conservó con amor los escritos de su amado hermano Juan Pablo. Rosa Duarte murió en Venezuela a los 68 años.


Juan Pablo Duarte fue víctima de la ambición de poder y de los celos de compañeros de lucha revolucionaria, explicó el profesor Tony Rodríguez.


Por eso en sus frases alude a los traidores. "Mientras no se escarmiente a los traidores como se debe, los buenos y verdaderos dominicanos serán víctimas de sus maquimaciones".


Otros aspectos que resaltan de la filosofía duartiana son la vocación por la justicia y el honor expuso Rodríguez, en la víspera de cumplirse 209 años del nacimiento del patriota Juan Pablo Duarte.


"Vivir sin patria es lo mismo que vivir sin honor"


"El Gobierno debe mostrarse justo y enérgico o no tendremos Patria y por consiguiente ni libertad ni independencia nacional".

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