​Cultura viva

La noche de las macanas largas

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Lincoln López

Por Lincoln López


“La noche de los cuchillos largos” (1972) es un estudio del historiador ruso Nikolai Tolstoy (1935). Ese libro narra un suceso ocurrido en 1934 y consiste “en la purga llevada a cabo en Alemania por Adolf Hitler junto al general Hermann Goering y el jefe de la SS, Heinrich Himmler, quienes ordenaron asesinar a varias personalidades y oficiales importantes del Partido Nacionalsocialista Alemán de los Trabajadores, porque se habían opuesto a la hegemonía hitleriana en el partido desde 1931”.


Parafraseo ese título del libro de Tolstoy, para referirme a otra triste historia testimonial de nuestro país, ocurrida durante la Era de Trujillo precisamente en la década de 1930, para titular este artículo: La noche de las macanas largas. No tengo evidencias que ese método represivo utilizado aquí es una adaptación de las prácticas nazis; sin embargo, según fotografías criollas de la época, se aprecia el plagio en algunos uniformes militares dominicanos y la manera de marchar con los del nazismo. Los autoritarismos se parecen entre sí.


Como dije, nuestra historia no fue con cuchillos, fue con macanas, es decir, con palos de madera, que utilizó una banda paramilitar conocida con el nombre de La 42, utilizada por Trujillo para perseguir, intimidar y matar a todo lo que representaba algún peligro para el “Generalísimo”.


Resulta el ¨Jefe¨ recibió el informe que en varios puntos del país, el pueblo irrespetaba el himno nacional.


Semanifestaba de varias maneras: no detenerse, no guardar silencio, o no descubrirse la cabeza…cada vez que se interpretaba las notas del himno nacional, especialmente al inicio y al final de conciertos, en retretas, y otros actos.


Así pues, se elaboró un plan criminal para situar a los miembros de La 42 una noche específica, en distintos parques públicos del país en donde se realizaban los conciertos o retretas porque eran muy concurridos; y, en el preciso momento de interpretar el Canto a la Patria para iniciar el concierto, cada persona que no detuviese su andar, que no se levantase si estaba sentado, o no descubriese la cabeza si tenía algo puesto en ella, o que no guardara absoluto silencio; los paramilitares tenían órdenes estrictas para darles “macanazos sin piedad”, a los ciudadanos presentes.


La noticia se regó como pólvora por todo el país, y a partir de entonces todo el mundo al escuchar el himno, se “congelaba”, más por miedo a la represalia que por amor patriótico. Fue un acto de barbarie, nunca un acto racional para respetar nuestra enseña tricolor.


El mejor legado se obtiene a través de la Educación, como lo demostró nuestra insigne maestra santiaguera Ercilia Pepín, al concienciar a estudiantes el amor por los símbolos patrios.

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