CULTURA VIVA

Pandemia cultural chatarra

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Lincoln López

Por Lincoln López


Leyendo en ContraPeso.Info un interesante artículo sobre los alimentos chatarra escrito por el experimentado columnista de opinión E. García Gaspar, no pude evitar comparar sus particularidades prácticas del consumidor con otras actividades también sensibles de la sociedad.


Antes debo copiar la definición brindada por el citado analista: ¨Se denomina con la palabra chatarra a cierto tipo de alimentos que se le atribuye una connotación de calidad inferior, algo de poco valor y de desperdicio¨, y que, pueden presentar problemas personales de salud.


Veamos algunas características: 1. Tienen escaso valor nutritivo y son potencialmente dañinos, si son consumidos con mayor frecuencia que la debida; y 2. Aquellas que son de gusto generalizado y se consumen con alta frecuencia.


En ese primer punto del enunciado pienso en el bajo nivel ¨nutritivo¨ de la Educación. Más destrezas manuales que cognoscentes. Los Currículos de estudios cada vez más excluyen las asignaturas ¨humanísticas¨, es decir, las  que están al servicio de la razón (arte, Filosofía, valores); imperando,  en cambio, las llamadas manuales, serviles o mecánicas que están al servicio del trabajo del cuerpo.


La segunda parte del enunciado, se refiere, al daño que producen las adicciones o dependencias tecnológicas como todo lo relacionado con la Internet (consumo de alta frecuencia como las computadoras, tabletas, celulares…). Actualmente se lee más, pero se sabe menos.


Otro elemento que el autor señala como ¨3. Agradables al gusto general. Es este sabor agradable y gustoso el factor central que hace que los alimentos chatarra sean consumidos con mayor frecuencia de lo debido¨.


Por tanto, es un renglón muy de moda y de mucho éxito económico para el autor y los editores, por lo agradable que resulta su vistoso diseño de portada y su sagaz redacción. Son los libros de ¨autoayuda¨, que nos llevan sin rubor por un camino ¨terrible¨: el de la felicidad, sea ella psicológica, económica, enfermedad física…¨recetando¨ colectivamente en solo libro"


Ciertamente esos textos contienen algunas verdades, por ejemplo, ¨Querer es poder¨. Sin embargo, con querer no basta, hay saber con exactitud qué hacer para cada individuo, puesto que todas las personas somos diferentes. Lo que pudo haber funcionado para el autor, puede no funcionarle a otra persona., y esto puede causar frustración.


 Mientras tanto los textos clásicos pierden sus espacios en la preferencia generalizada de los nuevos lectores. Hay que retomar esa costumbre; debe construirse desde la familia y continuar en la escuela, en los medios de difusión como la radio y televisión...y derribar el mito de que los clásicos de cualquier época son obsoletos y aburridos. Sembrar en un libro clásico nos deja una cosecha para toda la vida.


Valgan estos ejemplos, para mostrar como la ¨pandemia cultural   chatarra¨ va contaminando casi todas las instituciones sociales, cuyas consecuencias, se perciben signos muy perjudiciales para la humanidad.

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