Piloto aviador e instructor de vuelo Ignacio Peralta.
EL AVIADOR, SANTIAGO, R.D.-En el mundo de la aviación comercial, la seguridad de los pasajeros es un principio irrenunciable. Uno de los aspectos más subestimados pero cruciales es el uso constante del cinturón de seguridad mientras se está sentado. El piloto de transporte de línea Ignacio Peralta, comandante de un Boeing 737, subraya que esta práctica, a menudo vista como una formalidad, puede ser decisiva ante situaciones inesperadas como la turbulencia. Aunque invisibles y muchas veces impredecibles, estos fenómenos pueden surgir sin previo aviso y causar graves lesiones si los ocupantes no están debidamente asegurados.
Un caso reciente ilustra con crudeza esta realidad. Durante un vuelo de JetBlue Airlines que cubría la ruta Nueva York–Santo Domingo, un pasajero fue lanzado de su asiento al techo de la cabina tras una repentina turbulencia minutos después del despegue. La violencia del impacto perforó el compartimento superior y dejó a la persona gravemente herida, mientras otros dos pasajeros también sufrieron lesiones. El piloto declaró emergencia y debió regresar al aeropuerto de origen para atención médica urgente.
Situaciones similares han ocurrido en otras aerolíneas. Un vuelo de Delta Airlines enfrentó una fuerte turbulencia en medio de condiciones meteorológicas adversas, dejando un saldo de 25 personas heridas, algunas de ellas de gravedad. Según los informes preliminares, muchos de los afectados no llevaban el cinturón de seguridad. El evento, que se encuentra bajo investigación, podría ser clasificado como accidente aéreo. Los testigos describen un caos dentro de la cabina, con objetos personales lanzados violentamente.
A pesar de estos eventos, los expertos insisten en que la mayoría de las turbulencias son leves y controlables si se respetan las normas básicas de seguridad. Los pilotos cuentan con herramientas y procedimientos para minimizar riesgos, como cambios de altitud o desvíos de ruta. Sin embargo, la cooperación del pasajero es clave: permanecer sentado con el cinturón abrochado reduce drásticamente la posibilidad de lesiones en cualquier escenario.
Por ello, las autoridades aeronáuticas y las tripulaciones exhortan a los viajeros a seguir con atención las instrucciones de seguridad. Así como es vital conocer la ubicación de las salidas de emergencia y el uso de mascarillas de oxígeno, abrocharse el cinturón durante todo el vuelo es una medida simple, pero esencial. En cuestiones de seguridad aérea, la prevención sigue siendo la mejor defensa.
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