El fenomenal jugador de los Padres de San Diego, Fernando Tatis Jr., ha sido noticia durante toda esta recortada temporada por los asombrosos números y su electrizante forma de jugar, más aun luego de haber conectado home run en conteo de tres bolas sin strike a principio de semana. Ese no es el problema, sino que su equipo ganaba por 7 carreras y esto es considerado una humillación al adversario en desventaja y un irrespeto en la subcultura del juego.
A esto llamamos "reglas no escritas" del baseball: robar bases cuando se tiene una gran ventaja (no lo hagas aunque sea el último juego de la temporada y te falte una base para alcanzar el 40-40. Te darán tu pelotazo o a un compañero); intentar romper un no hitter con un toque de bola o perrear un cuadrangular, por solo mencionar algunas.
Si extrapolamos los conceptos a la situación de la política dominicana entonces vamos a entender porqué ciertas movidas del nuevo gobierno encabezado por Luis Abinader han creado disgustos en la sociedad y en las filas del PRM ya que violentan, por decirlo de alguna manera, las reglas no escritas de la política. ¡Seremos breves!
Lo primero es que si bien nos hemos enfrascado en un dilema por la semántica y etimología de la palabra nepotismo, no hay una reglamentación legal que impida el nombramiento de dos o más familiares en diferentes instituciones del estado y en posiciones donde ganen salarios lujosos. Sin embargo, es molestoso ver que el aire que se le sacó a los Fadul, Medina, Amarante y Lizardo ahora se les transfiere a los De Camps, Cruz y Jorge Mera. Irrita por razones obvias y porque durante década y media fue uno de los reproches que se le hizo al PLD. Es temprano y creo que el presidente puede evitar que se salga de control.
Por otro lado, vemos como han sido ratificados en cargos muy importantes personas que abiertamente profesaron devoción al PLD y que ahora se han salido con la suya gracias a un santo o un árbol genealógico muy fuerte. En Puerto Plata hay un problema muy conocido en el sector turístico, alguien que asumió posición pública a favor del candidato perdedor en las pasadas elecciones. ¿El error? Legalmente no hay ninguno, pero no puede ampararse un funcionario en la premisa de la capacidad cuando contamos con personas también capacitadas y que apostaron al partido ganador. Lo ideal sería lo primero, democracia, pero en esta cultura hay cosas que no se explican y usted debe entenderlas.
En un mundo donde se juegue a la política correcta se trabaja por un cambio en general, que beneficie a todos como nación y que no repare en banderías políticas, pero en nuestros países la gente se faja por un puesto, un nombramiento. Sucias reglas, pero son las reglas.
Dos temas que han generado gran desazón y que pueden ser mejorados. Lo contrario sería que el gobierno le apueste al poder transitorio de su posición, siga el derrotero y pague con ingratitud a quienes trabajaron en su beneficio, sudaron, se subieron a la patana e incluso sacrificaron empleos por el candidato.
La gente no es tonta, y todos han visto que muchas de las designaciones oligáquicas ni siquiera tenían cuenta de Twitter, para no tener relación con la realidad o para no verse comprometidos. Después del nombramiento, sí.
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