Reportaje

​En La Búsqueda del Sueño Americano

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Avion

Imagen ilustrativa. 


Por Andrés Beato Betances


EL AVIADOR, SANTIAGO, R. D.- El territorio dominicano es una pulcra nación de ausentes que envuelve el 13% de la población en el extranjero.


Desde los años ochenta, nacionales de nuestra patria empezaron a emigrar en grandes masas a ciudades norteamericanas.


De similares representaciones a países como Holanda, Alemania, España, Italia, Canadá y Suiza, así bien a otras islas del caribe bajos protectorados de Inglaterra, Estados Unidos, Holanda y Francia.


Estos criollos formalizan las retiradas única y exclusivamente por las faltas de oportunidades y porque reciben mejores salarios.


De acuerdo a registros de la Comisaría del Censo de los Estados Unidos, en su territorio residían antes del 2019 alrededor de 957 mil dominicanos (as).


Sin embargo, el número de emigrantes dominicanos aumentó a un millón ciento setenta y tres mil después del año señalado, New York es el Estado con mayor concentración de patriotas seguido por Miami, New Jersey, Rhode Island, Pennsylvania, Massachusetts y Connecticut.


Por lo demás, la emigración desde nuestro territorio ha estado dominada por las mujeres (entre 1970 al 2014) representaba el 56 por ciento.


Es de suma importancia aclarar que la despoblación dominicana en gran parte es legal y las formas que logran las residencias corresponden a razones sanguíneas (familiares).


Determinadas esencias humanas tras permanecer temporal o definitivamente, si poseen ciertos recursos económicos se dedican a los negocios de bodegas (colmados), supermercados, restaurantes y salones de bellezas, mientras considerables de nuestros coterráneos se inclinan a conducir taxis ya sea con medallones o de formas independientes.


Taxistas con Medallones en la metru00f3poli de New York

Taxistas con Medallones en la metrópoli de New York 


No obstante, la gran mayoría aún sin poseer el Social Security tienen que levantarse a tempranas horas con códigos anticipados para dirigirse a los respectivos centros de trabajos, entre los que podrían citarse factorías, bodegas y otras pésimas demandas reventadas.


Otros se distinguen porque se consagran a nuevos y criticados encajes, ya que facturan en sus percepciones conseguir dineros a vapor como una locomotora.


Englobo señalar que muy pocas de nuestras gentes aún tocando tierra estadounidense con las tarjetas de residencias y bien con los bachilleratos, no se preocupan en tratar de ingresar a las universidades o viceversas para no tener que seguir sudando las gotas gordas con sabor a esclavitud moderna.


Es de vital importancia aclarar además, que la gran mayoría de los dominicanos que llegan a esta nación como desnudos obreros, devengados salarios mínimos a nueve dólares las horas, solventando viviendas o habitaciones ensalzadas de precios y rodeados de los descuentos por pagos de impuestos

no logran un bienestar feliz.


Nuestra masa social y de otras nacionalidades tienen que ser ecuánimes y reconocer que el prójimo que no estudia en los Estados Unidos o no posee un negocio propio es considerado como un sujeto más del cúmulo.


Un ejemplo de lo narrado en esta investigación es la Licenciada en Publicidad y profesora de matemáticas, Elcida Antonia Beato Betances, quien hace varios años emigró hacia la tierra del “llamado Sueño Americano”.


Licda Elcida Antonia Beato Betances

Licda Elcida Antonia Beato Betances.


La profesora Beato Betances, al ser interpelada por El Aviador.do dijo en relación: “aunque llegué con dos diplomas universitarios dentro de la maleta, tuve que trabajar los tres primeros años cuidando niños y en mis horas libres estudiaba el inglés como segundo idioma”.


Sostuvo asimismo, que enseguida de dominar bien el idioma y obtener el certificado logró conseguir un mejor empleo en un plantel educativo de New Jersey, donde hasta el momento se mantiene impartiendo docencia.


“Debo decirles a todos mis conciudadanos y eso bien lo saben, que a cualquier nación que una persona llegue con la finalidad de establecerse siempre y cuando no sea mediante un contrato de responsabilidad, tiene que realizar los trabajos que sus nacionales rechazan pero hay que dar el todo contra todo venciendo obstáculos para poder salir a caminos, al tiempo de recibir la bendición de Dios”, indicó la educadora.


También recordó que así como ella pudo alcanzar su objetivo con perseverancia, hay miles de dominicanos y de otras nacionalidades que lo han conquistado.


Del mismo modo manifestó, que cuando cumplió cinco años como residente optó por la nacionalidad con la frialdad de poder realizar una maestría.


Con admiración, no por ser mi hermana sino por su audacia, le deseo todo lo mejor más allá de nuestra frontera.

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