Por Daniel soriano
Uno de los refranes preferidos de mi padre era aquel que dice que ¨La soga se corta siempre por lo más débil¨, lo usaba para señalar responsabilidades a mis hermanos mayores que ellos no cumplían y que, según él, se nos atribuían a los más pequeños.
Creo que lo mismo pasa en nuestra sociedad al momento de buscar culpables de la debacle en el que estamos, siempre optamos por señalar acusatoriamente a los más débiles: al pobre porque vota por el corrupto, a la mujer porque se casa con un homicida, o al ciudadano común de los robos al Estado, en fin, siempre acudimos a quienes nada tienen que ver pero que están en el medio. De aquí que algunos de los pundonorosos intelectuales dominicanos asocian nuestra descomposición social con factores tan volátiles como la música y actores tan jóvenes como los artistas urbanos.
Por eso si observamos con atención lo que diariamente se dice en los medios de comunicación, notaremos que todo apunta hacia estos exponentes y a sus letras como responsables de la tan lamentada pérdida de la juventud y del desastre actual de los valores sociales, y créanme, nada más falso de ahí. Nuestro deterioro como nación viene desde mucho antes, cuando comenzamos normalizando que una adolescente se case con un adulto solo por compromisos de mayores, cuando los términos botellas, búsqueda o picoteo en la administración pública de Balaguer y de los gobiernos del PRD se hicieron tan normales que casi fue legal, aunque estos artistas para esa fecha no estaban en su apogeo.
Quienes sí estaban eran un gran número de merengueros que años más tardes se confesarían como adictos a las drogas, cosa normal en el mundo artitistico de cualquier país, pero nunca se escucho decir que el declive de República Dominicana era por su culpa o de sus versos y, viéndolo en perspectiva, para tales afirmaciones existían razones, pero no, no se les achacó a ellos el barajuste en que estaba el país, como están haciendo ahora con los urbanos, en especial con Tokischa.
A ella se acusa de ser la promotora de los antivalores, estándares éticos y comportamiento indecente, pero sobre todo de estar en contra la famosa moral y las buenas costumbres, en los cuales creo, pero sin hipocresía. Todas estas caravanas de señalamientos no son más que la forma de buscar la omisión de otros actores cuya responsabilidad es más que evidente. Me refiero a los políticos que nos representan y guías espirituales que en el camino han renegado con sus hechos el mandato divino, a estos no los mencionan, pero son los verdaderos culpables de la falta de ética en todos los niveles.
Es muy conveniente para estos grupos que en nuestra patria tacharan en su momento a un sin número de artistas urbanos, entre ellos El Lápiz, El Alfa, Don Míguelo o Vakeró, de quienes no tengo nada que decir bueno o malo, pero no es menos cierto que usan palabras y expresiones alusivas a las drogas, la infidelidad, el robo, uso de armas, y letras que laceran la dignidad de la mujer, eso no está en discusión.
Sin embargo, los mandos gubernamentales y eclesiásticos en reiteradas ocasiones optan por prohibir dichas canciones notando a estos exponentes como creadores de esas situaciones, y reitero, nada más falso que eso.
Escogen el camino populista de censurar como una aparente solución al problema de la violencia, en lugar de incentivar el arte más poético con escuelas de música, clases de instrumentos e inversión al arte, pero no, mejor repiten como papagayos que la violencia aumenta porque el reguetón crece como el moro salado, que las niñas saldrán embarazadas si escuchan tal o cual canción, cosa que sigue siendo mentira. La realidad es que los jóvenes caen en las drogas por padres irresponsables o ausentes, por hogares disfuncionales, por falta de una educación de calidad, por una justicia permisiva, y unas autoridades ocupadas en hacer de todo menos asumir el costo del bienestar de sus ciudadanos.
Si así fuera, que la música creara delincuentes, entonces la solución estaría tan fácil como ponerles opera a los adolecentes y listo, o en lugar dembow, que en las calles y en las escuelas se escuche bolero, pero el tema sigue abarcando después de ahí. Por ejemplo, para el psiquiatra Secundino Palacio los jóvenes no necesariamente caen en vandalismos porque escuchan música urbana, sino que la esta como tal es el resultado de lo que los jóvenes ven en los barrios. Por otro lado, el sociólogo Dagoberto Tejada señala que los jóvenes reaccionan con la música como respuesta a una inequidad latente de la sociedad.
Vistas estas opiniones podemos inferir que la música no define el perfil moral o ético de un ser humano, tampoco por sí sola es la determinante para el declive o no de una nación. En ese sentido, la teoría de la asimilación de Jean Piaget indica que la absorción de algo es la manera en que un organismo afronta un estímulo externo en base a sus leyes de organización presentes, por consiguiente, la adaptación en el aprendizaje, los estímulos, ideas y objetos externos son siempre sintetizados por algún esquema mental preexistente en el individuo.
Entonces, si la música fuera el detonante de la violencia, Adolf Hitler escuchaba regueton y no la opera de Lohengrin cuando apenas tenía 12 años como cuenta en su libro Mein Kampf. Ahora bien, en los últimos meses aquí han desfilados un sin número de artistas urbanos, pero a Tokischa es a quien le ha tocado llevar el peso de la moral y la ética que como sociedad hemos perdido, ella es la responsable de que las jóvenes salgan embarazadas, de que se casen mucho antes de cumplir la mayoría de edad, cultura nefasta que data desde mucho antes del 1996 fecha en la que nació esta exponente.
Parece que un tema de esta joven hace más daño que los 32 millones de dólares que se robo Alexis Medina, la expresión ¨Desacato Escolar¨ es más dañina que el borrón y cuenta nueva al que recurren nuestros gobernantes, por culpa de que ella se bese con otra mujer tuvimos como procurador un hombre que no le tembló el puño para usar el poder a su antojo en el Ministerio Público, los guardianes morales ahora nos dicen que ella es responsable de que solo en los primeros tres meses del años en curso 29 mujeres mueran a manos de sus parejas sentimentales, Tokischa es culpable cerca de 10,487 parejas se divorciaron en el 2020 según ONE sin contar lo que van en este año.
Como se puede observar, somos expertos buscando culpables, y si son vulnerables mucho mejor, pero no, la verdad es que nuestros estándares éticos se vienen perdiendo con anterioridad a que la música de los barrios entrara en la escena, cuando la droga permea parte de nuestros jóvenes desde antes de que los urbanos lo canten a viva voz, que parte de la juventud asume una postura de sexo sin ningún tipo de contemplación desde antes de que Tokischa. Ella no es la culpable, lo son quienes nos dirigen porque se han robado el sueño de una educación critica y analítica, de un servicio de justicia que muerde al descalzo y responde al poder o al dinero, y de una espiritualidad que en ocasiones algunos de los que la dirigen laceran tan fuerte como a los que ellos dicen combatir.
Por eso dejen a esa joven tranquila, al final ella es arte como el que hace Lady Gaga, con la diferencia que acá las obscenidades que usted señala son en español, disfrute de ella como lo hacía de Vikiana quien en sus tiempos de oro era la maidita, goce de Beyonce, Cardi B y Luis Vargas cuando cantaba ¨…sácame el cable que me está quemando¨.
Dejemos pues la hipocresía y con ella el querer buscar culpables pequeños porque los nuestros son grandes y dentro de los cuales no está Tokischa ni su música. Aunque sus letras y temas no son de mi agrado, no las consumo (a excepción de esta oportunidad para tener fundamentos sólidos al momento de hablar de este tema) pero eso tampoco no me da derecho a denigrarla o tacharla de tal o cual cosa, para mi ella es una artista, que hace con su arte lo que quiere. Créame que, si hay una loca vieja en los medios, ella no lo es, sabe lo que habla y como lo dice y, aunque esto no es una defensa hacia esta exponente, sí es un repudio a la búsqueda de culpables débiles, por tal razón dedico estas líneas para ella, para Tokischa con cariño.
Comentarios