El pasado martes 18 la aerolínea JetAir Caribbean y United Caribbean, que operaban bajo el nombre de JetAir se declararon en bancarrota ante el tribunal de Primera Instancia de la isla de Curazao, indicando que todos sus aviones permanecerán en tierra y todas sus deudas serán congeladas, por lo tanto, no podrán hacer reembolsos por el momento.
Según el comunicado publicado por la aerolínea, en esta fase inicial de la quiebra, los síndicos llevarán a cabo una investigación de los activos de la empresa y explorarán las posibilidades de un reinicio de operaciones y se centrarán en informar a los empleados, pasajeros y otros acreedores y partes interesadas.
Un ingeniero dominicano que laboró en esa empresa desde los procesos para lograr el Certificado de Operador Aéreo (AOC, por sus siglas en inglés), ocupando diferentes cargos, había previsto su futuro, sugiriendo inclusive a su propietario no certificarla en Curazao por las limitaciones de la aviación en ese país, el cual desde el 2010 había caído a la categoría 2, es decir que sus aeronaves no pueden viajar a territorio norteamericano de manera comercial.
“Mi sugerencia era certificar el AOC en Rep. Dom. por el excelente clima de inversión, el mercado turístico dominicano y la posibilidad de crear un hub para el mercado venezolano que buscaba conexión al territorio americano en ese momento (2017)”, explica el ex empleado de JetAir, quien lamentó que el dueño de esa aerolínea jamás se interesara en su propuesta, prefiriendo invertir en Curacao.
El connotado profesional de la aviación, cuyo nombre queda bajo reserva de este diario, valora el mercado laboral del país, por considerar que brinda buenos profesionales, con ganas de superación profesional y con sueldos más atractivos para los inversionistas.
JetAir Caribbean y United Caribbean Airlines B.V., que operaban conjuntamente bajo la marca JetAir, desde su certificación mostró ciertas debilidades, razón por la que el ingeniero dominicano sostiene que la misma “jamás pudo despegar debido a su limitado mercado operando desde Curazao, y por lo ingenuo de su dueño de contratar viejos y conocidos gerentes de empresas que habían ido a la quiebra”.
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