Por Lincoln López
Probablemente la imagen difundida en la redes por Info NCN llamó a la reflexión a miles de personas en todo el mundo, entre las cuales me incluyo. Se trata de una escultura colocada en un área recreativa en “Heihe una ciudad situada en la región noreste de la provincia de Heliongjiang, República Popular China”.
En otra parte, el pie de foto dice: “La obra muestra a una niña con libros en un balancín, superando en peso a un joven obeso que sostiene su teléfono celular. La imagen que habla por sí misma busca destacar el aprendizaje y la lectura en contraste con el exceso de tiempo dedicado a los dispositivos electrónicos. Mientras la niña con sus libros muestra el poder de la sabiduría, el joven con su celular interpreta la desconexión con la realidad y la falta de atención al entorno”.
Me impactó de esa obra su preocupante mensaje en torno a un problema de alcance generalizado, y no pude evitar compararlo con el uso de una tecnología muy útil y poderosa el celular entre nuestros jóvenes (y hasta en adultos), sin una regulación metodológica al respecto, situación agravada por anteriores y actuales deficiencias educativas que reducen su calidad, entonces van degradándose en abuso, generando en el estudiantado más distracción, más dependencia, menos creatividad y empobreciendo más el pensamiento crítico.
Señores autoridades del sector educativo, es hora de implementar una regulación mínima en esa específica dirección.
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